UN MUNDO FELIZ - De Aldohus Huxley
editorial ARENAL
impreso en agosto de 2008
pagina 170/171 - renglon 38(pag. 170)/21(171)
"[...]Un hombre envejece; siente en sí mismo esa sensación radical de debilidad,
de fatiga, de malestar, que acompaña a la edad avanzada; y, sintiendo esto,
imagina que, simplemente, está enfermo, engaña sus temores con la ideade que
su desagradable estado obedecea alguna causa particular, de la cual, como de
una enfermedad, espera rehacerse. ¡Vaya imaginaciones! Esta enfermedad es
la vejez; y es una enfermedad terrible. Dicen que el temor a la muerte y a lo
que sigue a la muerte es la que induce a los hombres a entregarse a la religión
cuando envejecen. Pero mi propia experiencia me ha convencido de que, aparte de
tales terrores e imaginaciones, el sentimiento religioso tiende a desarrollarse a
medida que la imaginación y los sentidos se exitan menos y son menos
exitables, nuestra razón halla menos obstáculos en su labor, se ve menos
ofuscada por las lágrimas; los deseos y las distracciones en que solía absorberse;
por lo cual Dios emerge como desde detras de una nube;[...] porque ahora que
todo lo que daba al mundo de las sensaciones su vida y su encanto ha empezado
a alejarse de nosotros, ahora que la existencia fenoménica ha dejado de apoyarse
en impresiones interiores o exteriores sentimos la necesidad de apoyarnos en
algo permanente[...]. Sí, inevitablemente nos volvemos hacia Dios;
porque este sentimiento religioso [...] nos compensa de todas las demás pérdidas"
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